Gracias a vos / Gracias a ti
Difícilmente me olvide alguna vez del año 2005.
Y seguramente así sea gracias a vos, gracias a ti.
Hay una mezcla importante de gente a la que debería llegarle este mail una vez que le de send, quizás dos o tres días después de escribir estas primeras líneas.
Líneas que podrían ser pocas o muchas, quién sabe, pero que hago simples y directas para los lectores vagos: gracias por ser y hacer este 2005 que se va en días pero no en memoria. A los que no les de fiaca, pueden seguir leyendo.
Mientras escucho la música que va a sonar en la película imaginaria de estos 365 días resumo, díficil tárea, 12 meses que me vieron cambiar, metamorfosearme y crecer tan drásticamente como nunca creí posible. 12 meses que no hubiera adivinado en diciembre de un 2004, año intereresante pero no de inflexión como este 2005.
Me acuerdo de un enero de viajes nocturnos de 400 km y 31 despedidas. Me acuerdo de un febrero de exploración solitaria y descubrimiento de ese entorno extraño pero amistoso que es México. Me acuerdo de un marzo cumpleañero y roadmovie, musical e hilarante, rodeado tanto de Pacífico como de tachos de pintura y paredes blancas. Me acuerdo de un abril "quemado por dentro" y de un mayo "periférico", de un junio subcampeón, un julio estresado y un agosto combativo. Me acuerdo de un septiembre surrealista, un octubre acondesado, un noviembre agrandado... un diciembre... olímpico, escribiéndoles este mail a ustedes, los que me hicieron este 2005. Del que no me voy a olvidar.
Muchos me conocieron en este 2005. Yo me conocí en este 2005. Otros ya me conocían desde antes, algunos desde siempre. Todos ustedes, cuidadosa lista que vengo seleccionando hace algunos días, son los que me hicieron ayer y me hacen hoy, son aquellos a los que no puedo dejar de agradecerles este año y este yo, el que les escribe por primera vez por algo tan breve y vano como un año, un simple conjunto de meses y días, que se extingue, nos deja.
A todos, sólo puedo decirles gracias. Gracias a vos, gracias a ti. Gracias por dejarme ir y gracias por ayudarme a llegar. Gracias por mostrarme quién era, gracias por ayudarme a descubrir al que podría llegar a ser. Gracias por mantenerme cerca de mi tierra, gracias por regarme para echar raices en tierra nueva.
En este 2005 que se va te tuve cerca. Me sostuviste ese espejo en el que me miré. Le sacaste punta al lápiz con el que me dibujé, trataste de desviarme del bache con el que tropecé y no pudiste evitar una sonrisa cuando me viste reir, seguido, casi siempre. Fuiste ojos para este ciego y oídos atentos para este disperso. Dijiste poéticamente lo que yo trataba de expresar siempre atolondrado y sacaste esa foto que yo veía pero no mostraba. Escuchaste, escuchaste y leiste algunas incoherencias que de repente yo tenía para decir, y respondiste eso que nunca imaginé que ibas a responder.
Vos. Tú. El artífice de que este 2005 quede marcado. Porque vos, tú, ustedes, la gente, las personas, son lo que hacen que este mundo extraño merezca ser vivido. Las buenas personas, tan fáciles de encontrar si tenés los ojos abiertos, pero tan valiosas por ser tan únicas.
O sea... resumiendo... vos, tú, esa persona que por pura suerte tuve cerca en estos 12 meses y espero tener cerca en los que vienen...
Gracias y feliz año.