jueves, mayo 26, 2005

Periferia compartida

Me ha pasado algunas veces. Especialmente estando con amigos muy muy íntimos.

Caso 1: cuando vivía en Bs As vivía con 2 amigos. Algunos domingos, en lugar de irnos a la casa de los viejos o algo así, nos quedábamos en el depto haciendo poco y nada. La lectura era moneda corriente y nos pasábamos los libros cuando los terminábamos.

Más de una vez me encontré leyendo tirado en un sillón y de repente darme cuenta del silencio absoluto, y ver como ahí nomás, a 3 o 4 metros, estaban los chicos, también concentrados, también leyendo. Podría ser aislamiento, pero creo que era periferia. Sabíamos que estabamos compartiendo el momento, no nos olvidábamos de la presencia del otro, pero cada uno en su mundo (literario en este caso).

Caso 2: mismo lugar, pero temprano a la mañana. Sentados a la mesa con Wata, mate de por medio. Ni una palabra cruzada. Cada uno en su mambo. Pero cuando se acabó el agua nos dimos cuenta que cada uno le había estado sirviendo el mate al otro. O sea, el tomaba, lo llenaba y me lo daba. Yo tomaba, volvía a llenar y se lo daba. Periféricos totales el uno del otro, pero compartiendo esa periferia (y el momento claro) (y el mate, obvio).

Y es que la periferia no se aisla del centro. Simplemente lo vive, pero desde afuera, con una mirada diferente.

Y la periferia tampoco es exclusiva de pocos. Los hay más periféricos y menos periféricos, pero todos tenemos algo, o al menos momentos o situaciones de periferia. Como los 6 personajes (en busca de autor) de Encierro, que recomiendo más abajo. Pero bueno, es otro tema, para otro momento.

5 Comments:

Blogger JB said...

sos un freak!!!!!!!!!!

pero unas freakeadas que me caen bien...

en cuanto termine de tener visitas, te tenés que venir a comer asado a casa!!!!
beso

27/5/05 9:51 a.m.  
Blogger Peluka said...

1. Qué bueno que te caigan bien las pavadas que se me ocurren
2. Estoy en México hace 4 meses y todavía no vi un asado! Acepto más que gustoso!

27/5/05 10:13 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

esa sensacion de estar acompañado sin tener que evidenciar la presencia del otro me hace sentir increible. No siempre me resultó comoda ni se me dio con muy poca gente, pero mi mejor ejemplo fue mi perro

27/5/05 11:31 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

error. "ni se me dio con mucha gente"

27/5/05 11:34 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué buenos esos momentos. No se dan con cualquiera, sino con aquellos que frecuentan tu misma sintonía (aunque sea de a ratitos).
Lo mejor de todo es darte cuenta que la cercanía es tal que no necesitás una palabra, un sonido, una mirada ni nada para sentir la presencia del otro.
Aunque sea tu perro.

30/5/05 9:56 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home


¿Hay otras Periferias?