Ecos que se repiten (como todos los ecos)
El viaje de hoy estuvo lleno de ecos. Ecos que ya habían sonado y volvieron a sonar. Ecos que hicieron eco y por fin encontraron significado.
Sintió el acoso, pero estaba tan adentrado en los ecos que casi no le dio cabida.
Fue un viaje musical y casual. Encontró la banda de sonido de sus pensamientos y vivencias, la música que por casualidad o destino tenía que escuchar en cada preciso momento.
Los ecos de ese corto y rutinario viaje quedaron en su cabeza. Y el me contó. Igual que me contó de aquella vez del acoso y la música que salía del shuffle predestinado. Me contó que el shuffle, por segunda vez consecutiva, le jugó una buena pasada.
Muero por contarles de ese viaje lleno de Ecos. Pero me tengo que ir, llego tarde. Y en la Periferia siempre hay excusas para la impuntualidad, pero prefiero reservármelas para otro día. Un día en que sean más necesarias.
Si si, aquí en La Periferia, un nuevo finde, comienza...
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