sábado, octubre 01, 2005

1. Dos sensaciones sin nombre

De repente se acordó de esa sensación de cuando era chico. En realidad eran dos sensaciones. Dos sensaciones totalmente diferentes, pero agrupadas por eso, por ser sensaciones, diferentes de las demás, difíciles de explicar.

Se acordó de que les puso nombre, necesitaba catalogarlas, quizás archivarlas. Una se llamaba “La sensación de Amor”. La otra “La sensación de Lejos”. La de amor no le gustaba, vaya uno a saber porqué, y la de lejos, si bien era incómoda, lo fascinaba un poco. Se daban, ambas, en situaciones parecidas. Normalmente a oscuras, normalmente en la cama, normalmente con los ojos cerrados.

“Amor” era como una opresión en el pecho, un sentimiento físico, evidentemente físico, de vacío y caída libre. Era pectoral e interno. Si hubiera conocido la palabra a los 5 años quizás se hubiera llamado “angustia”.

“Lejos” era al entorno lo que “Amor” era a sí mismo. “Lejos” era cerrar los ojos y sentir que todo se iba, se alejaba, se hacía… remoto. Todo es todo. El cuarto, la cama, las paredes y el techo, el brazo y la pierna. Hasta las orejas y esos ojos, cerrados. Era vano y externo. Si hubiera conocido la palabra a los 5 años, quizás se hubiera llamado “ansiedad”.

3 Comments:

Blogger Satamarina said...

Sensación de lejos, en mi caso, sería de extrañar...

de angustia, sería, de amor no correspondido, y otras yerbas por supuesto)...

de amor, sería, en la primera etapa de plenitud, generosidad, soplos en el pecho...

saludos

1/10/05 12:05 p.m.  
Blogger Patricia Laura Patria said...

Lindo post, nene

3/10/05 9:42 a.m.  
Blogger Peluka said...

Hm...
Marin, los nombres no son demasiado propicios. A los 5 años qué podía saber? Así se llamaban, y ya, sin mucha lógica.

PLP, gracias! Extraño los tuyos.

4/10/05 8:39 p.m.  

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