lunes, octubre 31, 2005

Déjala correr VI

Medio camino, un camino

Ese anteúltimo día de remada fue increible. Es también de esos días que quedan en la nebulosa, que no llevan la marca de los hechos sino de las sensaciones. La sensación de ese día fue la de "este rio no me gana, yo te voy a mostrar, rio, porqué me animé a desafiarte".

Eramos un equipo y tres equipos. Tres canoas con 6 amigos encima que tenían que remar para volver a ser 9. Llegar a Chimpay no costó lo que pensábamos. El descanso en tierra de Juan Carlos había sido intensivo y sólo queríamos cerrar con moño unas vacaciones fuera de lo normal. Y como para sumar a un día de éxitos, por primera vez en tantos días de extravíos, fuimos a parar a donde queríamos, un camping. El camping no era luz ni baños, no era agua caliente ni compañía (desierto el camping, digamos), pero tenía un camino y el camino llevaba a un pueblo. División de tareas, as usual, un par a comprar algo para el asadito al pueblo, el resto leña, fuego, carpas.

Fue una noche tránsito. De esas noches que se viven como fusión de una tarde y la mañana que sigue. Las cabezas seguían en el rio y en ese destino, Choele, que nos tenía comprometidos.


Arrancamos temprano. El día ya no estaba limpio y caluroso como siempre y el tramo era largo, más que lo que habíamos logrado en todos los días anteriores. El rio, siempre metamorfoseando, se hacía cada vez más ancho y terriblemente sinuoso. El remar se hizo continuo y silencioso. Las canoas ya no iban a la par: quien tuviera fuerza para adelantarse lo hacía, era la mejor manera de incentivar al resto, y la única manera de llegar ese mismo día como nos habíamos comprometido.

Tomi y yo ibamos adelante. Nuestra canoa, la amarilla, era quizás más liviana que las demás. Casi no nos hablábamos, era remar y remar, mirar atrás para no perdernos de los demás, esperar para seguir a la vista, remar y remar. Las curvas del rio empezaban a agotarnos, los rodeos por momentos eran tan grandes que se nos ocurría que quizás era más rápido bajar a tierra, caminar 200 metros y volver al rio.

Avanzábamos, rápido y parejo, aunque daba la sensación de que no. El cielo mientras tanto se ponía cada vez más negro, el viento a soplar cada vez más fuerte y el agua a revolverse más a cada minuto. Apenas si frenamos a almorzar algo al mediodía. La tormenta nos preocupaba y las curvas eternas nos hacían dudar de cuánta distancia real teníamos que hacer.

Cuando partimos de nuevo luego de comer algo rápido la tormenta ya estaba instalada en el rio. Las curvas gigantescas ya eran menos preocupantes que un agua revuelta que nos hacía sarandear más de lo deseable e iba llenando las canoas y mojando las mochilas. Volvimos a remar todos a la par, sabiendo que de a tres canoas ibamos a estar más a salvo que distanciados. Con las primeras gotas, ya todo fue silencio. Remar y sólo remar. Se veían caras de agotamiento y empezamos a dudar si cumpliríamos el objetivo. Fueron casi tres horas más sin prácticamente frenar. Si al empezar esa larga travesía allá en Neuquén hubiéramos tenido la preparación y voluntad de ese día, sin duda que alcanzábamos el objetivo inicial: llegar a Viedma.

Llegar de Neuquén a Viedma como lo hace todos los años "La regata más larga del mundo", que vimos largar justo antes de salir, que inspiró nuestro viaje. Llegamos a Choele Choel, fue un destino final a mitad de camino. Fue volver a ser 9, bañarse con agua bien caliente hasta despertar cada célula del cuerpo, fue comer un millón de pizzas, tomar miles de cervezas y fue dormir en una buena cama.

Al día siguiente y considerando que Choele, ansiado destino, no tenía mucho más para ofrecer, ya estabamos elucubrando la próxima parada. Los pasajes, medio agotados para todos los destinos, sólo alcanzaron para 3. Los 6 restantes? Ni idea cómo, pero entramos en un remis Duna rojo (o sea, 7 con el fercho) que se internó en ese desierto salitroso hasta depositarnos en Las Grutas, a ser de nuevo 9. Sí, ahora que miro los mapas, pasando obligadamente por Beltrán.

Las grutas fueron una casita alquilada, playa mar tragos playa, boliche, alcohol y todo lo que hacen jóvenes normales a los 24 años en lugar de meterse en un rio, remar como condenados, romper canoas, agarrarse cagaderas, veranear en Chelforó y atravesar una tormenta sobre aguas revueltas.

12 días que parecen 30.
9 amigos que siguen siendo amigos.
4 canoas que ahora son 3.
1 rio que por siglos será rio y que mientras siga zigzagueando dará de ver y de comer a muchos. Todos los que quieran.

En FIN

Agua que no has de beber... déjala correr

10 Comments:

Blogger Unknown said...

Pelu: vine aquí a pispear, por tu comment en mi blog. Lo primero que me encontré fue el sexto capítulo de una saga, así que me tengo que poner a leerla desde el principio. Pero como no me gusta leer así nomás, voy a ver si lo hago más tarde.
Saludos.

1/11/05 1:47 a.m.  
Blogger Peluka said...

Esto está medio loco, Patrizio. No estamos comentando mutuamente al mismo tiempo.
Esto de la saga es un muy mal comienzo para leer en la Periferia. Largo y hasta a veces aburrido. Quizás te divierta más pinchar algún link de por allá abajo.
Saludos.

1/11/05 1:54 a.m.  
Blogger Unknown said...

Juaaa, es verdad. Ahora volví y veo que estaba pasando eso.
No te preocupes, ya voy a "investigar" el blog. Claro que no es muy ventajoso caer en un sexto capítulo, pero también tiene su parte positiva porque genera intriga. Y no sé por qué, se me hace que no debe ser aburridio, ni siquiera a veces. Ya veré.

1/11/05 2:45 a.m.  
Blogger Lucía Sociológica said...

No se cómo haces para tener esta vida!!! Leo tu blog y siento que vuelvo a leer a Siddartha (si no lo leiste ya es tarde, es un libro genial para los 15 o 16...). Siddartha buscaba un río especial, y solo al final del recorrido lo encuentra, digno de toda odisea. Y desde entonces soñé adolescentemente con viajar a ese río (muy simpático descubrir unos años después que mi viejo también busca ese río después de leer el mismo libro).
Por eso insisto: cómo haces para llevar esa vida, para tener tantos ríos!!!

1/11/05 9:03 a.m.  
Blogger Peluka said...

Tu sabrás Patrizio. En todo caso mucha suerte y cuidado con los laberintos con los que te encuentres en tu investigación.
Yo ya investigué mucho el tuyo y estoy seriamente anonadado de tanto viaje y aventura.

Clitem, me encanta lo que decís... Creo que lo mismo que vos ves bueno, otros pueden llamarlo conformismo. Suena raro, pero quizás sólo se trate de no buscar ríos si no de buscarle el encanto a los que se te cruzan.

Vas caminando por el campo. Se te cruza un rio, tenés dos opciones. Putear porque te vas a mojar los pies o pegarte un baño, nadar un rato y seguir todo mojado. Naif, pero juro que sirve.
Por allá abajo lo llamé mirada periférica. Pura subjetividad, no garantizo que a nadie le guste lo que yo describo encantado.
Leí Siddartha a los 23 o 24, en una época muy Hesse. Me gustó pero no tanto, así que sí, perdí esa oportunidad.

Me encantó tu comment.
Saludos a Agamenón o a Egisto. Qué tragedia tu vida, che!

1/11/05 7:38 p.m.  
Blogger Carol said...

¿Te patrocina el "nasionalgeografic"?

Coñooooooo, qué espeso te has puesto, te voy a mandar un paquete con una botella de Whisky, un paquete de cigarrillos y la última de Rocco Sifredi...

2/11/05 2:23 a.m.  
Blogger Peluka said...

Espeso, demasiado espeso Carol, pero no es nada nuevo.
Te acepto la botella y los cigarros. Las de Rocco quedatelas, aprendetelas de memoria y después vemos que hacemos con tanto "background".

Tia... nunca me rei tanto delante de un comment. Tengo toda la pantalla escupida.

2/11/05 2:31 a.m.  
Blogger Peluka said...

Me pregunto si te encontraste con el naufragio o con la cagadera general. Divertido fue seguro.
Está tan largo que ni los propios protagonistas se han dignado leer.
Al menos me sirvió de ejercicio narrativo.

Saludos!

3/11/05 12:47 a.m.  
Blogger Carol said...

No se porque tengo la sensación de que ultimamente no te afeitas y te paseas por casa con el mismo pijama desde hace una semana...

¿Sales a la calle? ¿Te lavas?... ¿Te encuentras?...

Ay, ay, ay, limpia la pantalla que me da cosilla verte tan dejao y acepto lo del background ;)))))

3/11/05 2:18 a.m.  
Blogger Peluka said...

Carol:
- Salgo a la calle por dos razones: reuniones y a comer a la noche.
- Me baño una vez al día.
- Me encuentro a mí mismo 2 o 3 veces por mes y a otras gentes al menos 5 veces por semana.

Ahora, por lo único que no ando en pijama es porque no tengo, no uso, no me gusta. Cuando puedo, ando en calzones. Pero no puedo porque mi casa también es una oficina y viene gente a trabajar.

Me afeito cada 2 o 3 semanas, pero mucho no crece.

Cuando el background sea suficiente me avisas.

3/11/05 10:40 p.m.  

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