viernes, julio 28, 2006

Hay tráfico

Dios sabe cuántos aviones despegan y aterrizan al día en el aeropuerto del DF. Los veo subir y bajar de a cientos y miles, intento descifrar rutas y destinos, estrategias de mentes estresadas intentando ordenarlos en mil idiomas, con un millón de códigos indescifrables.

Llego del laburo, temprano a veces y ahí termino, tirado en el sillón blanco intentando interpretarlos. Miro al norte, donde la Torre Mayor es reina y desde atrás de su imponencia asoman de a uno, a veces cada menos de 60 segundos. El día va bajando y se empiezan a dejar adivinar desde lejos por las luces. Pueden llegar de Los Angeles o desde Nueva York, quizás desde Tijuana o Monterrey.

Cuando dejan de aparecen a lo lejos adivino que alguien desde su torre de control dictaminó el cambio de dirección. Puede que ahora los visitantes estén llegando desde el sur, el norte es todo despedidas.

Los aviones que antes llegaban silenciosos ahora se van con ruido. Las turbinas empujan hacia San Francisco o Miami, o de nuevo Tijuana o Monterrey. Cuando van desapareciendo en el horizonte ya levantan el ala y desvían para donde les toque.

Ya es de noche en México y la torre es el farol de mi patio delantero. Las luces de nuevo enfilan para este lado. Todo lo que va alguna vez vuelve. Acá somos veintitantos millones, de repente 120 más, de repente 210 menos. El random de discos de Cerati 92 - 06 sigue caprichoso desafiando mi rápidez de memoria. La ciudad sube el volumen y yo me voy a abrir otra cerveza.


¿Hay otras Periferias?