miércoles, junio 29, 2005

La delgada línea

Esa sobre la que te ves parado un día.
Esa de la que sabés que tarde o temprano te vas a caer.

Esa delgada línea (que no se si es roja o no) divide lo que fue y será (como aquella muralla verde) y otras cuantas cosas más.

Los matemáticos le pueden decir punto de inflexión. Los psicólogos, encrucijada. En La Periferia se llama "delgada línea". Y dura poco.

En realidad dura un microinstante de segundo, pero por eso de los caprichosos tiempos de estos lados, ese instante se extiende, definida pero inciertamente, por un buen rato difícil de medir.

Es una delgada línea que a veces se cruza sin que uno se de cuenta. Pero es una delgada línea que nunca se cruza sin consecuencias. Esa delgada línea, cuando se siente debajo de los pies, genera un vértigo casi insportable.

Así y todo creo que es mejor sentirla debajo de los pies que pasarla sin pispearse. Esa una delgada línea que, por lo que divide, conviene que sea conciente. Te da la oportunidad de girar 360 grados y ver lejos, muy lejos, para atrás y para adelante. Y ver de esa forma extraña que hace que lo que parecía evidente se vea borroso y lo que se veía borroso esté más claro que nunca.

Estoy, o al menos me siento, parado en esa fina línea. Puede ser una sensación de hoy, puede no tener nada de real, pero ya la hice eterna, única y universal. Perdón. De eso se trata esto.

Estoy, o al menos me siento, parado en la delgada línea desde la que se puede intuir que todo cambia, todo es punto de inflexión y todo es encrucijada. Es un milímetro cuadrado que aloja a mis pies medianos y los concientiza de que el paso que den cuando se salgan, será crucial.

Estoy, o al menos me siento, a punto de dar ese paso de uno u otro lado de la línea que no se cruza en sentido contrario. Tengo decidido de qué lado voy a saltar. No se porqué el piso está más lejos de un lado que del otro. No se porqué elijo el piso más lejano.

Estoy, o al menos me siento, aterrorizado por un paso que decidí pero demoro. Desconcertado al ver que mis pies ya se mueven a pesar de mis reparos, excusas... en fin... miedos.

Es una delgada línea. Parece única y universal. Podrían ser muchas a lo largo de una vida. Pero hoy, para mí, es única y universal. Podría ser de muchos. Pero hoy es mía.

Creo que voy resbalando. Creo que no puedo evitar que los pies den el paso que yo les reprimo. Creo que mañana ya voy a haber saltado de mi delgada línea. Del lado del piso alto. O del otro.

Buenos Aires DF

Esta mañana, en la ducha, me hice una pregunta.
La medité durante el día.
Todavía no encuentro respuesta.

¿Soy Chilangueño? ¿O soy Portango?

Lo que tengo de chilango lo tengo desde antes de vivir en DF. Esa parsimonia, ese relajo, la permanente excusa para salir a dar la vuelta, la cordialidad de la jeta para afuera.
Lo que tengo de porteño es más adquirido, vino con los años, el amor a Buenos Aires y su vida frenética y a la vez poética, la mezcla de preocupación y fiesta, de bohemia y yuppismo.

Lo único que se es que soy sujeto de una doble discriminación. Chilango y porteño puede ser una combinación, para algunos, imperdonable. Si supieran cuántos somos...

Vos - Yo

Busco adentro de otros
cuando me miro y no encuentro

Miro con ojos de otros
si me veo y no me gusta

Veo con miradas de otros
que hacen evidente lo que para mi es invisible

Hago con inquietudes de otros
cuando creo vivir a medias

Vivo en vidas de otros
todo eso a lo que no me animo

Rio risas de otros
que pueden llorar lo bueno y lo malo

Lloro lágrimas de otros
Quizás por no saber llorar las mías

martes, junio 28, 2005

La Periferia

No se qué es La Periferia.
No se si existe o no.
Y si existe, no se si tiene o no ese nombre.

No se si es una excusa para expresarme.
No se si es una excusa para abrirme.
No se si es una excusa de todos mis males.

No se si es psicológica o sociológica.
No se si es coherente o contradictoria.
No se si es una meta o el camino.

No tengo idea si durará...
Una semana más, un mes más, un año más...
El "para siempre" no existe.

Pero sí se que hoy es una gran aliada.

Para volcar lo que hasta ahora era nebulosa.
Para entender lo que por mucho tiempo fueron indicios.
Para atar cabos, juntar redes, absorver cosas nuevas.

Y para construir puentes. Con gente, que igual que yo, pasa por lo mismo, o lo parecido, y busca su lenguaje para decirlo, decirse, entender y entenderse.

La palabra es un puente, para comunicarnos. Los conceptos (que dependen de la palabra pero la superan) son puentes, para entendernos.

La Periferia es un concepto. Susceptible de todas las dudas de arriba. Pero un puente al fin. Arranca en mí, llega a otros. Arranca en otros, llega a mí. Arranca en otros, llega a otros.

Adorable puente.
Se ha creado entre los dos.

Gracias por venir. Gracias porvenir.

lunes, junio 27, 2005

Marea de Venus

En días del mayor equilibrio y menos mareo en años... se me pasó por la cabeza esta canción:

Rita es dulce
toda la noche,
Susy es feliz
cuando baila frente al espejo
Carmen seduce
porque no es buena,
María sonríe al olvido
y escapa en su coche.
Alma pide
que la protejas,
Julia se esconde
y en secreto te mira.
Silvia es tuya
sólo por un día,
Gloria discute lo inútil
y encuentra la guerra.

Chicas malas,
chicas buenas,
son de la Luna,
y la marea de Venus

De Cerati, claro.
Eso.
No es mucho para decir.
Ya saldrán otras cosas.

La tele y yo

La tele y yo es una historia de amor y odio. De dependencia e histeriqueo.

No hay tele en el lugar donde vivo hace más de tres años. Es una decisión conciente. Lo fue en Buenos Aires viviendo con amigos, lo es en México viviendo sólo.

No tengo nada contra la tele. No puedo decir que sea una mierda (por más que tenga mucha mierda), no puedo decir que no sirva, no puedo decir que embobe. No puedo decir que no sea Periférica (por más que mucha gente que en ella aparezca sea todo lo contrario).

Si puedo decir que hay ciertas cosas en la vida que sin tele se viven menos. Y por lo tanto, en cierto modo, me las pierdo.

El problema de la tele soy yo. El problema con la tele es que no la se usar. Viví un mes en un hotel y no la prendí ni una vez. Hasta que la prendí y pasé a dormir 3 horas menos de lo habitual. El problema de la tele es que, como en todo, me cuesta hacer un uso medido. Y el problema de la tele es que tiene muchas cosas buenas para ofrecer, pero que son de acceso tan simple que dejamos de ver todo lo otro bueno que hay más allá de la tele.

En esta época de mi vida opto por el costo de oportunidad que implica no tener tele y encontrar momentos para, entre otras cosas, escribir este blog, leer, salir, tomar, reirme con amigos, charlar, comer, caminar, correr, boludear, escribir y leer mails, llamar por teléfono y, sobre todo, dormir más. Aunque más sean unas míseras 6 horas por día.

Mientras tanto me siento John Nash, mirando numeritos correr en la pantalla de la computadora que indican, segundo a segundo, el resultado de los partidos de Manu Ginobili, el Sub20, la selección mayor, Coria, Nalbandián, las Leonas, los Pumas, las Panteras, el Gato, la Liebre, el Conejo y el oso hormiguero.

Lo peor de todo es, que viendo numeritos correr y sintiéndome terríblemente miserable y aislado, extraño, más que la imagen del jugador en cámara lenta, el ruido del público, la voz relator o el puc... puc... puc... del peloteo tenístico.

Nada. Sólo les quería contar esta idiotez que estuvo muy presente en mi vida cotidiana los últimos 15 días. Y que después de ver Arg-México hoy en vivo, directo, color, ruido y relato, seguramente siga siendo así.

viernes, junio 24, 2005

Leo

Leo libros
Leo revistas
Leo carteles
Leo diarios online
Leo mails
Leo informes
Leo presentaciones
Leo estudios
Leo elsignozodiacal
Leo esbaraglia

Y leo blogs. Muchos blogs. Blogs buenos, regulares y malos. Blogs up y blogs depre. Blogs nuevos y blogs con historia. Blogs populares e ignotos. Blogs de amigos y de desconocidos.

Y algunos blogs que leo me hacen pensar que basta de lógica, de pretendida filosofía de vida, de análisis inútil cuando al fin y al cabo sólo se trata de vivir, sentir y dejar los dedos fluir.

Y vuelvo a La Periferia. Y me facina. Me facina cómo se autoinventa, como me condiciona, lo que me genera y lo que en otros genera.

Pero me exige lógica. Razonamiento. Análisis. Respuestas. Y deja de fluir. Hasta que fluye, sola, sea mirando a alguien en la calle o... paradójicamente leyendo.

Sacudo la cabeza. Espanto a los fantasmas. Dejo espacio para volver a absorver. Me levanto. Agarro los puchos. Me acuerdo de que ya no tengo celular. Y salgo.

Mientras tanto.
En La Periferia.
Un nuevo finde.
Comienza.

Aquellos descansos dobles

Le gustaba jugar con su cuerpo.
Eran juegos inocentes, casi de niño. Boca arriba en la cama, la luz apagada aunque sin necesidad de oscuridad total, los codos doblados apoyando las manos sobre el pecho.

Así se quedaba. Los ojos cerrados eran la carnada para el sueño. El cuerpo quieto, un ansia de descanso. Se relajaba lentamente como jugando con esa dicotomía cuerpo mente. Sin moverse siquiera, lograba que su cuerpo se fuera hundiendo en almohada y colchón lentamente, mientras sentía como su eter iba quedando allá arriba, donde el cuerpo ya había cedido, bajando, relajado, quieto.

De a poco se iba desprendiendo de cada parte. Primero dejaba de sentir los dedos de las manos, que rápidamente contagiaban a las manos mismas, brazos, hombros. El pecho, imposible inmovilizarlo, seguía sintiendo el peso, pero sin la correspondencia del tacto manual.

Las piernas también entraban en el juego. La piel, adormecida, iba cobrando menos vida que los pelos mismos sobre ellas. Junto con el cuerpo, iban encontrando espacio en el colchón y cediendo espacio en el aire.

Luego la cara, tan estática como fuera posible, iba resignando partes de a poco. Los cachetes, la pera, la frente. Cada sector en su descanso independiente. La mente viva, el cuerpo yendose. De a poco. De a partes.

A veces lo aquejaba una picazón repentina. La desesperación por estirar una mano, rascarse, romper el embrujo. A veces lo vencía, a veces no.

Cuando no, disfrutaba de ese momento en que ya casi todo su cuerpo dormía mientras su mente seguía activa. Vivía más concientemente el endrogamiento de su cerebro que de a poco luchaba por acompañar al resto de su ser hacia el sueño y el descanso.

Sin un cuerpo que controlar ya no queda mucho trabajo que hacer. Es hora de dormir, por más que se niegue el dueño. Y así se iba, a los tirones, por tierras oníricas que por lo general lucen mucho más atractivas que un cuarto en penumbras, una cama y un cuerpo desaparecido.

Aquellos adormecimientos, casi siempre, generaban noches plácidas, pacíficas, ininterrumpidas. Otras veces, todo lo contrario.

Periferia sensorial

...no escribo desde el martes.
Me voy a esmerar antes de la que Nati (la que ya no fuma y por lo tanto nunca seremos amigos) me rete.

No pensé demasiado en La Periferia estos días... Cabisbundo y meditabajo, me dediqué a seguir los otros blogs, conocer nuevos, leer sus comments y responder mediocremente. Y a leer. Y a otras cosas, como por ejemplo, el trabajo.

Sin embargo hubo una confirmación (o eso creo) de Periferia que me gustó... Se puede decir que La Periferia afecta bastante a los sentidos, a la percepción de la realidad, a la forma de vivir el mundo.

El gran Google (no el buscador, si no mi amigo Google) empezó su blog. Sí, esto es peligrosamente contagioso. El blog de Google, como Google, es literiario. Y empezó posteando algunas cosas por él escritas y fragmentos que lo impactaron de uno de sus cuentistas preferidos (John Cheever).

Y me dejó pensando...
Pensando básicamente en que difícilmente se me pasa por la cabeza el pensamiento "puta, que bien está escrito esto" o "este párrafo es impresionante". Y concluí, sin demasiada meditación mediante, que de alguna manera estoy más atento a la atmósfera, la sensación o el ambiente que genera el texto que al estilo, las palabras, la redacción...

Es el otro lado de La Periferia. La Periferia Sensorial. Esa que filtra nuestra conexión con el mundo. La que regula la percepción. Diferente pero atado a todo eso de "no importa el lugar, importa con quien", "no importa la persona si no lo que vivís con la persona", "no importa la cercanía, si no lo compartido, por más lejos que estemos". Y así, mil ejemplos de post anteriores.

Pero... claro, cuando retomé mi libro me condicioné. Presté atención. Subí un nivel para detectar (además de los ambientes o las sensaciones) las palabras y morfologías. Y estuvo bueno. Y rescaté un capítulo.

Es largo para post, pero es corto para capítulo. Qué dilema... Lo transcribo acá? Si.
(Cómo me gusta dialogar conmigo mismo) (cómo me gustan los paréntesis) (cómo me gustan los puntos suspensivos).

Anton Chejov, Extraña Confesión. Capítulo 18:

Era un magnífico día de agosto. El cielo era de un azul suave, pero había ya en el aire un presentimiento de otoño. Algunas hojas frescas se doraban en el verde follaje de los bosques, y los campos, ennegrecidos, parecían ansiosos de agua. Y también en nosotros dormitaba algo como el sentimiento del inevitable y pesado otoño. Se veía una próxima descarga. Era necesaria una tormenta para refrescar la atmósfera.

A mi lado estaba sentada Nadennka, en un coche liviano. Estaba pálida y su barbilla y sus labios temblaban como si fuera a llorar. Aunque el dolor llenaba sus ojos profundos, no cesaba de reir y de aparentar alegría. Vehículos de todo género, época y tamaño, circulaban alrededor de nosotros. Cerca de ellos caracoleaban jinetes y amazonas... (recorto)...

La figura descollante de la cabalgata era Olennka. Montando un caballo oscuro, regalo del conde, vestida de amazona, con una pluma blanca en el sombrero, ya ni recordaba a la muchacha de rojo. Tenía un aspecto imponente, de gran señora. Cada latigazo, cada una de sus sonrisas, estaban calcados sobre modelos aristocráticos. Había algo de provocador, de incendiario, en cada movimiento, en cada sonrisa... (otro recorte)...

-La mujer perversa es parecida al cerdo- me había dicho el doctor Voznessenski -:si se le da un poco de confianza, mete el hocico y las patas.

Pero esta explicación era demasiado simple. Nadie mejor que yo para arrojarle la primera piedra. Pero la voz confusa de la verdad me murmuraba que lo que yo veía no era ni la altivez ni el orgullo de una mujer satisfecha y triunfante: era el presentimiento y la desesperación de un inevitable y próximo desenlace. (Fin).

Creo que ahí empieza la novela. O al menos el principio del fin. Son esas situaciones para dar en un curso, onda "escriban un cuento a partir de esta situación". Lo resume todo, lo abre todo, lo describe todo. El clima y las palabras para crearlo, todo al mismo tiempo.

O es una cagada total y no tengo criterio. Pero bueno, a mi me gustó. Y por lo que dice la edición, a Borges y a Bioy también.

martes, junio 21, 2005

Vuelta a las fuentes

La semana pasada me compré una lámpara (y un puf y unos estantes).
Esta semana retomé la lectura.
Lo que podría implicar escribir menos. Pero mejor.

Retomé un libro abandonado hace 2 meses: Extraña confesión, de Chejov.

Las primeras 100 páginas me habían aburrido, pero a partir de la 100 se puso entretenido. Son unas 230. Por lo que se puede decir que tarda en meterse en tema este muchacho. Calculo que es parte del metadiscurso, porque un poco lo que hace es meter un relato dentro de un relato. Y el narrador del relato relatado no es precisamente un escritor experto. Y termina aburriendo. Con lo cual no se si echarle la culpa a Chejov o a su personaje narrador.

No importa.

Ahora, porqué será que la mayoría de los personajes de las novelas rusas clásicas estas son tan periféricos? Todos los rusos de entonces lo eran? O todos los escritores rusos de entonces lo eran?

O la periferia es deprimente y por lo tanto las épocas deprimentes generan personajes periféricos. Porque de hecho el ambiente de todas estas novelas es de chatura, intrascendencia, estaticidad (¿?).

Cuando lo termine les cuento más. O no, depende de si queda algo para contar.

A todo esto... gracias PLP!

lunes, junio 20, 2005

Periferia pragmática

1. Intento bajar un poco de la burbuja críptica.
En los últimos días me dediqué a relatar episodios actuales y pasados, reales, fantasiosos y mitimiti. Estoy como necesitado de volver un poco al análisis de este gran mundo posible, pero sin mucha teoría floja si no desde un punto de vista más práctico...

2. La pregunta es por dónde empezar. Están todos esos temas que me voy anotando en un mounstro/cuaderno. Están las ideas que me pasan por la cabeza durante el día a partir de esta nueva manía de filtrar todo por el concepto novedoso. Están los comments, escritos en el blog o en vivo y en directo, que me traen nuevos paradigmas.

3. Me baso en la duda. Empiezo por la sospecha. Un post de hace algunos día lo decía bastante claro. Algo así como "no estaré inventando todo esto para justificar mis mil defectos?".

4. El otro día hice un listado de defectos que me aquejan. Fue mental. Ya me los olvidé y volví a ser perfecto. Claro, anoto cuando quiero.

5. No encuentro mucha lógica. No llevo un hilo. Me pasó en ese post de "Nosotros y ellos". Me está pasando ahora. Escribo por escribir. Mal que mal, para eso empecé con todo esto.

6. Tengo ganas de hacer ficción. Pero la ficción pura no me sale. Soy tan improvisado que cuando empiezo a escribir no se ni cómo voy a seguir en el segundo párrafo y mucho menos cómo voy a terminar. Cuando supe a dónde iba, el resultado fue un asco. Ni siquiera para publicar acá, que son ustedes (y yo) los que nos sometemos a las consecuencias de la lectura.

7. Ni siquiera se cuántos "puntos" va a tener este post. Me tienta que sean 10, por una especia de obsesión "redondística" que no me permite terminar nada en 8, 9 u 11. Y el 5 ya pasó hace un rato.

8. Soy, además de obsesivo, repetitivo. Muero por volver a decir cosas. Se que ya están dichas allá abajo. Siento que las puedo ampliar, clarificar, explicitar. Pero algo me dice que la mejor prédica es el ejemplo. Y si bien no quiero convencer a nada de nadie (de hecho no hay nada que "predicar") se que la mejor forma de darme a entender (y de entenderme) es mostrar(me) y escribir(me) sobre lo que soy, lo que pienso y lo que me pasa.

9. Este es el post más aburrido, falto de interés, contradictorio, narcisista, engreido, deprimente y estúpido de la historia de los blogs. Me voy a arrepentir de haberlo publicado. Ya me arrepentí. Publicar entrada.

Mala noche (o lo contrario de Buen día)

Fue en uno de esos contados días de junio de 2004 que lo vieron acostarse temprano, sin salida, sin música, sin demasiada comida en la panza y sin tomar ni una gota de alcohol.

Apenas el clásico librito de turno, un sueño descomunal y varias preocupaciones de oficina en la cabeza luego de un día choques y desacuerdos.

El libro no captó su atención por demasiado tiempo. Era hora de dormir y a eso se dispuso. No costó, como siempre. Bastaba con ponerse boca arriba, piernas derechas, brazos sobre el pecho, cerrar lo ojos y dejar que el ensueño se hiciera cargo del mando de su cuerpo.

Ya en los brazos de morfeo y antes de perder la conciencia, se sintió en un dormir plácido, relajado. Todavía escuchaba a sus amigos del otro lado de la puerta. Pero no molestaban.

Recién más tarde los ruidos lo alteraron. Y es que era un sonido extraño, no eran los clásicos ruidos de la casa, esos que de tanto que aparecen pasan desapercibidos. Fue un sonido realmente diferente el que lo alteró.

La anormalidad de ese zumbido intenso contrastaba con la aparente normalidad del cuarto, que lucía tan igual, tan como siempre. La puerta abierta de par en par sólo mostraba esa otra puerta paralela semi cerrada y con el hilo de luz que alcanzaba a pasar por lo bordes. Y ese zumbido. ¿De dónde vendría?

Lo asoció de inmediato. La rigidez del sonido también era rigidez en su cuerpo. Interpretó, por esas cosas de la lógica non sequitur, virtud y vicio al mismo tiempo. Era como una máquina, estaba prendida, del otro lado de esa puerta semiabierta, y su efecto, además de ese zumbido intolerable era que su cuerpo no podía moverse.

Trató de girar más la cabeza y no pudo. Respiraba sin dificultad, pero con una presión extraña en el pecho. Boca arriba y con los brazos sobre la cabeza, extraño deja vu. A simple vista el techo, con ese blanco crema de departamento viejo, y su lámpara de cristal colgando, apagada. De reojo la puerta que tapaba el origen de ese maldito sonido-cárcel.

Intentó levantar los brazos pero fue imposible, quiso mover las piernas inútilmente. Quería pensar pero el sonido y la angustia de la parálisis no lo dejaban. Lo onírico no faltaba en ese ambiente surrealista pero tan real. Supuso que lo que lo había despertado había sido algún ruido fuerte en la casa, pensó en sus amigos, intentó pedirles ayuda. El "Nacho!!!" que ensayó no pasó de gemido, un gemido que fue creciendo en intención pero no en efecto. Inútil, desesperante.

Ya estaba haciendo mucha fuerza, con cada célula de su cuerpo, en un intento de cinética reprimido por la estática. Mientras el zumbido crecía su rigidez se iba comprimiendo. Una cosa es no poder moverse, otra peor es sentir la presión y el encierro. La fuerza descomunal y descomunalmente inútil que hacía no lograba otra cosa que intensificar el zumbido, y la angustía, y el miedo, y la incertidumbre.

Y de repente se apagó. Fueron unos 40 segundos que de repente se cayaron. Esa maldita máquina, como si alguien la hubiese simplemente desenchufado, enmudeció. Su cuerpo, ya transpirado fue encontrando los movimientos habituales. Se incorporó en la cama, su mente totalmente confundida, las manos en la cara como pasándose agua para salir del ensueño, pero secas. Se paró sobre las piernas temblorosas, caminó hacia el living, de donde supuestamente venía es ruido espantoso. Todo estaba como siempre. Nadie presente, apenas esa luz prendida que se veía por la puerta entornada hacía algunos minutos.

Miró el reloj. Sólo habían pasado dos horas desde que se había acostado. Se prendió un cigarrillo, había agua sobre la mesa y se la empezó a tomar. Buceó en su mente para encontrar respuestas al episodio. No encontró nada medianamente lógico que lo explicara, apagó el cigarro, tomó lo que quedaba de agua, ya tibia, se rascó la cabeza y se fue de nuevo al cuarto.

Las luces apagadas. La mirada en el techo y su lámpara. La mente en suposiciones absurdas. Las ansias de explicaciones depositadas en algún neurólogo a quien todavía no conocía. Y el miedo a la repetición en las venas.

Esta vez no tuvo que pasar un mes para que volviera a pensar en el asunto...

domingo, junio 19, 2005

Nosotros y ellos

Un par de frases de "Us and them", que vino pegadita a Echoes en el final de aquel viaje con banda de sonido. Es una selección anárquica y fragmentada, sin demasiado sentido en el conjunto.

Nosotros y ellos...
y después de todo sólo somos personas normales.

Vos y yo...
Sólo Dios sabe que no es lo que hubieramos elegido ser (o hacer?).

Negro y azul...
Y quién sabe cuál es cuál y quién es quién.

Arriba y abajo...
Y al final, es circular, circular.
Y circular.

No escuchaste que es sólo una batalla de palabras?

Con y sin...
Y quién te va a negar que es de lo que se trata la batalla.

Tengo cosas en la cabeza.

Y una pregunta... (acá ya se acabó Us and them): porque las letras en inglés suenan bien y en castellano todo suena cursi? Me parece que ese es el dilema del rock en español. Para no sonar cursi tiene que reprimirse un montón de temas que los "englishspeaking" mencionan sin problemas.

Sigo tirando frases de "Dark side...". No tengo conclusiones periféricas ni nada de eso. Sólo sensaciones, destellos que no se unen ni encuentran lógica. De hecho todavía no termino de entender el disco al nivel que creo que se podría.

Una vez leí que Waters decía que el disco fue el producto de un toma de conciencia repentina. Decía algo así como: "durante años estuve esperando el momento de hacer todo lo que se suponía que haría. Ser mayor, tener un trabajo, ser adulto, formar algo. Un día me di cuenta que todo lo que presuponía a futuro ya lo había hecho". Salió en una Rolling Stone de hace unos dos años. Creo que lei esa nota, que hablaba de los 30 años de Dark side unas 15 veces. Y empecé a escuchar Pink Floyd.

De alguna manera lo que está diciendo es que la maduración no es un proceso conciente, sino algo que sentimos que va a pasar mañana o pasado, hasta que nos damos cuenta que ya pasó, ya lo hicimos, o al menos que estamos muy avanzados en ese camino.

Algunas frases de Time (ta jodido de traducir):

Paseándote por un pedazo de tierra en tu pueblo
Esperando algo o a alguien que te muestre el camino

Y un día te das cuenta, que diez años pasaron
Nadie te avisó cuando correr, te perdiste el tiro de largada

El sol es el mismo de alguna manera, pero vos sos más viejo
Con menos aire, un día más cerca de morir

Y Eclipse cierra el asunto diciendo:

Todo lo que tocas
Todo lo que ves
Todo lo que pruebas
Todo lo que sientes
Y todo lo que amas
Y todo lo que odias
Todo en lo que desconfías
Todo lo que guardas
Y todo lo que das
Y todo lo que negocias
Y todo lo que compras, ruegas, pides prestado o robas
Y todo lo que creas
Y todo lo que destruyes
Y todo lo que haces
Y todo lo que dices
Y todo lo que comes
Y todos aquellos a quienes conoces
Y todos contra quienes luchas
Y todo lo que es ahora
Y todo lo que ya fue
Y todo lo que vendrá

Y todo lo que está bajo el sol está en sintonía
pero el sol está eclipsado por la luna...

Si ustedes lo entienden, pasenme el diccionario.

Cierro con lo que en realidad es el comienzo del disco, y quizás una clave de interpretación. Breathe:

Mirá a tu alrededor, elegí tu propia tierra
Por largo que vivas, por alto que vueles
Las sonrisas que dediques, las lágrimas que derrames
Todo lo que toques y todo lo que veas
Eso es todo lo que será tu vida

sábado, junio 18, 2005

Echoes

Echoes es un tema "fantabuloso" (como diría mi hermana) de Pink Floyd. Es el sexto tema del disco "Meddle", medio perdido en la historia, pero padrino, precursor e inspirador del que llegó luego: "Dark Side of the Moon".

Echoes dura unos 20 minutos. Echoes pasa por todos los estados de ánimo, por todas las texturas y ritmos, por muchos estilos.

Salió de la casa y si, si, si, todo igual. Autito verde cotorra en la puerta, buzón vació, acoso... todo igual. La sorpresa, de hecho, llegó porque algo que no hubiera debido ser igual, también fue igual: por segunda vez consecutiva, apenitas saliendo, el shuffle conspiró y calló en "Echoes". Y claro, como dura 20 minutos, lo acompañó todo el viaje, como la última vez, 5 o 6 días antes.

Cruzó el circuito con ese comienzo clásico, en un día de sol bastante intenso pero agradable que se condice con ese inicio progresivo, suave, armónico. Cuando llegó al metro empezaron a sonar los guitarrazos, como gente apareciendo por todos lados, corridas, apuros y el metro, repleto.

Hizo la conexión, laaaaarga, como 1km bajo tierra en ese intermedio funky que no te deja mantener el pie quieto. Y fue bajando escaleras. Interminables. Y la música empezó a ponerse densa. De a poco el funky se fue haciendo fantasmas. Espíritus de esos que habitan las profundidades. Y si hay una profundidad bajo tierra a la que el ser humano común y corriente puede llegar, esa es la línea naranja del metro defeño.

Echoes llega a un punto en el que marea. La música desaparece. Es sólo oscuridad y chillidos, un ensueño de pesadilla, gritos de desesperación de espíritus inquietos. Qué difícil de explicar... es el minuto 11. Justo la mitad de este vaivén de ámbitos. Metro lleno, caras demacradas, rigidez compartida, calor inhumano. Es como que llega un punto en la profundidad de la tierra en que el aire cambia y la densidad impide a la gente moverse normalmente, hablar coherentemente. Se apaga la música del aire y es todo un viento de ultratumba y los chillidos de la gente, que no se acuerda cómo se hablaba.

Pero de a poco los gritos callan. Vuelve a sonar la nota. De a poco va ganando espacio la armonía. Empuja desde allá atrás, para volver a los oidos. El metro sube. Va llegando a la parada final donde tomará aire para volver a meterse en los infiernos de Av. Revolución y Tacubaya. La gente va saliendo de su sonambulismo. El ritmo aletargado empieza a tomar protagonismo. A moverse. Llega el tren a su parada final, irónicamente bautizada "Barranca del Muerto". A correr. Se abren las puertas. La música acompaña el paso, que se hace cada vez más rápido. Primera escalera mecánica, laaaarga, eterna, y el aire que vuelve, y la música como un espiral, un sacacorchos que nos va levantando. Vuelta en codo. Otra escalera, igual de larga, más aire en los pulmones, más ritmo en las orejas. Y otro codo, y otra escalera, y luz, que entra desde la superficie, justo cuando Gilmour empieza a cantar con su voz de cuando era niño.

Taxi! Buen día, a Pedregal, por Periférico, hacia el sur.

Y ahí está, de nuevo despejado. Y la música... también despejada, optimista, añorante del pasado pero mostrando lo que viene. Casi inocente, un rockito ligero y cristalino, que se va apagando, durmiendo, en paz, piano y guitarra amigos y colaborando, muriendo juntos de a poco, con un recuerdo de aquellos fantasmas de la profundidad, pero con la luz y aire vivos en sus notas.

viernes, junio 17, 2005

Ecos que se repiten (como todos los ecos)

El viaje de hoy estuvo lleno de ecos. Ecos que ya habían sonado y volvieron a sonar. Ecos que hicieron eco y por fin encontraron significado.

Sintió el acoso, pero estaba tan adentrado en los ecos que casi no le dio cabida.

Fue un viaje musical y casual. Encontró la banda de sonido de sus pensamientos y vivencias, la música que por casualidad o destino tenía que escuchar en cada preciso momento.

Los ecos de ese corto y rutinario viaje quedaron en su cabeza. Y el me contó. Igual que me contó de aquella vez del acoso y la música que salía del shuffle predestinado. Me contó que el shuffle, por segunda vez consecutiva, le jugó una buena pasada.

Muero por contarles de ese viaje lleno de Ecos. Pero me tengo que ir, llego tarde. Y en la Periferia siempre hay excusas para la impuntualidad, pero prefiero reservármelas para otro día. Un día en que sean más necesarias.

Si si, aquí en La Periferia, un nuevo finde, comienza...

Periferia es...

Periferia es...
extraer de cada incidente de la vida
la mayor cantidad de polen
para tu propia miel


(Prestado y adaptado de "Hipocondría", by DMU, en "Encierro")

Mi amigo

Mi amigo, ese que habla inglés como casi único idioma, me suele decir...

"The mate is your best mate"


(o algo así como "el mate es tu mejor amigo" o "el mate es tu mejor compañero")

jueves, junio 16, 2005

El mate

Bueno, este es el texto de un mail bastante popular que habla del mate.
Del mate como ese compañero de nosotros argentinos para todo momento y lugar. Del mate que otros, movidos por nuestro fanatismo, adoptan como propio.

El mate, dice Guille, es bebida periférica. Yo creo que es demasiado "universal" para, pobrecito, limitarlo a nuestra pequeña categoría. Pero lo que es seguro es que en nuestros momentos de periferia, sea solitaria o compartida, el mate es un excelente compañero.

Espero que nos represente mejor como argentinos que el DT de Boca el martes...
Dice lo que sigue y propongo a todos que amplien con sus usos y sentimientos hacia el mate... Va:

El mate no es una bebida, corazones de otro barrio. Bueno, sí.
Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida.

En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo o sola.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?".
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres.
Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.

Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.

Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno.

Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los hijos de puta.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate.

Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates.

La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo?
El otro responde: -Como tomes vos.

Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.

Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.

Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular.

Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí.

El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma.
O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.

Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno.

Por adentro hay revoluciones.

El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...

Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el mate.

Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa.

Es la sinceridad para decir: basta, cambiá la yerba!

Es el compañerismo hecho momento.

Es la sensibilidad al agua hirviendo.

Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente, no?

Es la modestia de quien ceba el mejor mate.

Es la generosidad de dar hasta el final.

Es la hospitalidad de la invitación.

Es la justicia de uno por uno.

Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

Ahora vos sabes, un mate no es sólo un mate... Calentas el agua?

Aprendizaje del día (2)

Nunca menosprecies a nada ni a nadie...

Fui a almorzar al Diez. Es una parrillita argentina de la Condesa, a dos cuadras de casa. Comí empanadas de carne. Tres. Grandes.
Siempre suena algo en los parlantes, generalmente argentino.
Hoy eran los Auténticos Decadentes.

Los Auténticos Decadentes suelen estar muy abajo en mi estima.
Pero me di cuenta que cada canción fue una pequeña alegría, o recuerdo, o canto.
Y en mi hora de almuerzo mi humor estuvo muuuucho mejor que a la mañana.

Y tienen una estrofa re periférica:

Cuando vamos a algún lado nunca elijo yo
Porque lo único que quiero es ir contigo

Vivo dando vueltas a tu alrededor...

Aprendizaje del día

En La Periferia también se puede estar de un profundísimo mal humor...
Y con una cara de culo que asusta al más pintado...

miércoles, junio 15, 2005

Otro "Buen día"

Se despertó por el calor que entraba por la ventana sin cortina de su cuarto.

Raro. Mediodía de mayo en Buenos Aires. ¿Porqué tanto calor?
Raro. Sábado de "duermo hasta que no me quede sueño".
Raro. Despertarse y verse boca abajo. Si siempre dormía boca arriba.

Raro, el aire estaba raro. Su cuarto era chico, colchón en el piso, siempre bastante desordenado, siempre el agua del baño corriendo, interminable, como un sonido ambiente de naturaleza y a la vez civilización.

Abrió los ojos y la luz entraba fuerte en el cuarto. Se dio cuenta de que el calor venía desde la noche anterior porque estaba durmiendo casi desnudo.

Y boca abajo... que raro.

Se dio cuenta de que sus amigos, compañeros de departamento, ya se habían levantado. La pava vaciándose en el termo en la cocina, justo al lado de su puerta. La música ya sonaba en la radio. "Weekender", al menos eran más de las 12.

Y hacía calor, sopor. En mayo.

Decidió que sería hora de levantarse. Extendido cuando largo era, tapado hasta la cintura, con el sol (justo a esa hora que el ángulo del pulmón de manzana lo permite) pegándole en la espalda. Los brazos hacia arriba, rodeando la cabeza, como una bailarina, pero acostado. Boca abajo.

Intentó darse vuelta, empezar el día, mirar el cielo por ese pequeño ángulo. Sopor, no pudo. Se dio cuenta que habían pasado varios segundos desde que despertó y no había movido más que sus ojos, como escrutando lo poco que se podía ver desde esa posición de bailarina acostada boca abajo.

Intentó bajar los brazos, tampoco pudo.

Parecía que el día empezaba raro en serio. Empezó a hacer fuerza. La totalidad de su cuerpo estaba inmovilizada. Brazos, piernas, espalda, cintura, cabeza. Las puntas de los dedos de las manos y las puntas de los dedos de los pies. Todo. Podía respirar pero no mover la boca. Podía mirar a distintos lados, pero no pestañear. Intentó hablar, sólo emitió un gemido sordo.

Boca abajo, la cabeza hundida en la almohada, la espalda soportando el sopor de ese sábado al mediodía de mayo en Buenos Aires.

Volvió a hacer fuerza inútilmente. Y una vez más. Y ya, el aire cedió, los brazos bajaron, giró la cintura y con ella todo su cuerpo y se vio mirando el techo, en cuero, tapado hasta la cintura, con su cuerpo libre nuevamente.

Se levantó sin dificultades, caminó hasta el living. "Buen día". Se tomó un mate mientras sonaba "Yellow" en Weekender, uno de los chicos sentado en la computadora, el otro tirado en el puff.

Por un mes no volvió a acordarse del raro episodio de ese raro mediodía de ese raro sábado de ese raro mayo de ese raro 2004...

martes, junio 14, 2005

Extrañar o no, esa es la cuestión?

Me quedé muy colgado con el post de anoche.
Salí a comer con hermosos amigos compañeros de aventuras en el DF y les conté un poco lo que había puesto.

Lo entendieron, avalaron y hasta ampliaron.
De alguna manera son los causante de muchas de las cosas que me van pasando (por dentro y por fuera) y que me llevaron a arrancar con esto y a seguir profundizando en el asunto (de La Periferia en general).

Debo decir que, a veces más a veces menos, ellos son bastante periféricos, lo cual explica que me entiendan. Y por otro lado pasan, desde hace rato, por situaciones de vida muy parecidas a la mia.

Igual un montón de cosas no cierran del todo. Simplemente porque no viví algunas situaciones que pueden cambiar por completo la perspectiva.

Nunca se me murió alguien muuuy cercano, nunca me pelee fuerte con alguien que quisiera demasiado. Nunca "se me fue lejos y por mucho tiempo" alguien de quien me sintiera "dependiente".

La pregunta al fin y al cabo es si soy o me siento dependiente de alguien. Calculo que no, que ni cerca soy dependiente de la PRESENCIA o CERCANIA de alguien. Pero no se qué onda la dependencia de la "EXISTENCIA" de alguien.

La diferencia es abismal. No se si llego a explicarme. Quizás estoy usando demasiados eufemismos. Pero mejor no retar al destino con ciertas cosas. Y menos desde acá lejitos. No?

Por otro lado, y quizás es para otro momento, cabe cuestionarme mi capacidad para generación y mantenimiento de vínculos fuertes. Releo lo escrito, me autoescruto permanentemente...
Y me cuestiono si este invento o descubrimiento de La Periferia no es más que una perfecta excusa para mis miles de defectos o limitaciones.

La voy dibujando. Me tienta filtrar toooooodo a partir de ella (La Periferia). Una nueva categoría para comprender la realidad (evidente o interior), para entenderme a mí mismo y mis mecanismos, mis relaciones (afectivas o no) y al mundo en general.

El que quiera compartir el proceso, acá lo vuelco casi sin censuras...

Una vez más, bienvenidos a La Periferia. O esta vez a su mecanismo de construcción.

lunes, junio 13, 2005

Cansau y meditando sobre esta loca vida...

Lunes y estoy cansado, loco. Así no va.
Y eso que el finde estuvo tranqui. Nada de finde loco playero, fiesta pero no tanta, asado copado en lo de Julieta y flia, visita de Sodafans con mateada incluida, comida tranqui en lo de amigos, etc, etc, etc.

Nada zarpado, pero esta mañana tenía reunión a las 8 y me quedé dormido... Malísimo.

Bueno, nada, empezó la semana, a full as usual y cada vez más estresado y cada vez con más ganas de respirar un poco de Bs As.

Es raro (y ya me voy metiendo en La Periferia, jeje). Me hes difícil extrañar. De hecho creo que es un sentimiento que no he sentido de manera fuerte nunca. Y no es que no quiera a mi gente, la que me quedó lejos, la que no veo hace mucho (unos 4 meses y medio tampoco es tanto)...

De alguna manera me las arreglo para sentir que nunca me fui. Mi relación con las personas suele pasarme más por adentro que por afuera. Los tiempos, como dice más abajo en otro post, corren de manera diferente. Casi nunca se me pasa por la cabeza algo así como "hace x tiempo que no veo a alguien" o "hace x tiempo que no llamo a tal".

Horas, días, semanas y meses pueden pasar y yo sigo con la sensación de que lo vivido fue hace instantes. Suelo tener la sensación de que nunca perdí el contacto. Los momentos de compartir se alargan en un proceso interior que me mantiene a ese mundo presente como si nunca se hubiera ido.

Loco, no? A los 15 años estuve fuera de mi casa y de mi flia por 40 días, básicamente en un curso de inglés en Inglaterra al que obviamente fui gracias a ellos. Llegué con una sonrisa de oreja a oreja y me choqué con la alegría mezclada con enojo de mis viejos... Claro, había llamado sólo 2 veces en todo el viaje! Mocoso atrevido, pero bueno, juro que para mí pasó volando y que nunca tuve la sensación de estar "perdido".

Con el tiempo fui aprendiendo. Los vicios son vicios y ahí siguen, pero mal que mal fui entendiendo que mis tiempos no son necesariamente los del mundo y que la adaptación es necesaria para el mantenimiento de las relaciones.

Y llamo, de vez en cuando... pero casi no extraño.

Es que los tiempos en La Periferia, amo ser repetitivo, corren de otra manera. Aquellos eventos de duración anárquica pueden durar una centésima o un siglo y pueden seguir masticándose por horas y por días (y no necesariamente de manera proporcional a la duración).

Y por otro lado (y se que esto va a sonar feo) la experiencia o "el vivir" de alguna manera reemplazan a los "sujetos". Se que las personas son las que hacen a nuestra vida. Se que ciertas personas son las que elegimos o nos tocan para que esa vida sea mejor o "más vivida" (vivida, no vívida, por las dudas vio). Pero las experiencias o eventos que nos mueven no necesariamente dependen de ciertas personas, y por lo tanto tampoco dependen de dónde estamos.

Inglaterra, Bs As, México, Alemania o el desierto del Sahara... uno nunca sabe cómo, pero las personas aparecen y por lo tanto la vida se vive. Nunca voy a dejar de añorar lo que ya pasó. Siempre voy a querer que vuelva a pasar. Siempre voy a "tener" a LOS seres queridos... ayer, hoy y siempre.

Pero por suerte no dependemos (no dependo?) y el camino siempre encuentra nuevos cruces que nos llevan a nuevas personas, nuevas experiencias, nuevos momentos. Y a vivir, con los tiempos caprichosos de La Periferia que pueden transformar cuatro meses y medio en cinco años o en una semana (y con una loca conversión variable que hace que un día parezca un extremo y otro día otro).

Mientras tanto un mail, una llamada (un fax, un mensajito de texto o una carta) hacen las veces de encuentros, conversaciones, reuniones o asadoyguitarreadatodojunto que me mantienen cerca de ese mundo que no deja de ser pero por el momento no está.

La vida sigue y por suerte te da sorpresas. Las personas son personas y siempre tienen algo para mostrar, ofrecer y dejarte. Para siempre. Aunque el destino mañana sea otro.

Al fin y al cabo, y creo que esta es la única conclusión más o menos borrosa que saco de todo este desorden mental, la vida (la verdadera vida) sigue estando acá adentro, y depende mucho más de uno y su cabeza que de lo que nos rodea.

Es La Periferia. Me cuesta un poco entenderla, pero voy descifrando de a poco. Puede que mañana, llorando amargamente las lejanías, me contradiga. Será el turno de entender algo nuevo y tratar de expresarlo.

Mientras tanto... VIVO...

(El fin de amar, sentirse más... VIVO / El fin del mar, es sentirse igual... VIVO)
(eso no tuvo nada que ver con nada, pero me cuesta mencionar el título de un tema de Cerati y no cantarme unas estrofitas, y encima esta es de las mejores)

Es más... la voy a cantar toda...

tiririri, tiriri, tiririri, tiriri

Por aquello que econtré en tus ojos
Por aquello que perdí en la lucha
Conocer la otra mitad, es poco
Comprender que sólo estar, es más puro

Me pondré el uniforme de piel humana
No esperaba tanto resplandor

El fin de amar, sentirse más, VIVO
El fin del mar, es sentirse igual, VIVO

pam, pam, pam, pam, pam
pam, pam, pam, pam, pam

tiririri, tiriri, tiririri, tiriri

Y como el fuego reflejado en el agua
Dibujaba... particulas de Dios

El fin de amar, sentirse más, VIVO
El fin del mar, es sentirse igual, VIVO

...

Conocer la otra mitad, es poco
Comprender que sólo estar, es más puro

tiririri, tiririiiiiiii

Jua, me explayé... Y sigue "Sudestada", que es lo más de lo más, pero ya los dejo tranquilos.

(acabo de volver a leer el post antes de publicarlo, y hay muchas cosas que no me cierran, pero bueno).

sábado, junio 11, 2005

Hakuna Matata

Se me ocurrió hablando de con una amiga de estos desvaríos (desvarío más por msn que acá, aunque ustéd no lo crea) que la en La Periferia es donde mejor se puede vivir bajo la filosofía Hakuna Matata.

Pero la verdad es que no tengo idea como explicarlo...

De alguna manera por estos lados está siempre todo bien. No hay normas, para empezar, porque el orden no es un bien preciado ni necesario. No hay tiempos, porque las obligaciones son internas y no obligadas. No hay rutas inexorables, porque todas las calles llevan a donde uno quiera ir (algo así como "no depende del camino, si no de cómo lo camines", pero sonaba a frase hecha, determinante y cursi).

Y cada vez me alejo más del punto, que evidentemente, reitero, no se cómo explicar...

Siempre lo pienso cuando voy al cine... De alguna manera disfruto de casi todas las películas. Siempre hay algo para rescatar: una historia, la música, las actuaciones, la fotografía, el humor... Termina la peli y si, puede haber sido mejor o peor, pero algo me llevo. Porque en La Periferia está todo bien (mannn) y siempre algo interesante queda, cachai?

Digamos que para grandes analisis, normativas, deadlines, regulaciones, estreses y demases está el centro. Bendito centro del que dependemos, sin centro no hay periferia. Gracias a que ellos regulan el mundo, nosotros podemos relajarnos y vivirlo, encontrar los huecos para hakunamatatear y sacar de cada incidente un destellos de disfrute, reflexión o alegría.

Mundo paralelo de románticos perdidos. Twilight zone de delirantes con los pies en la tierra. Pasado, presente y futuro que se confunden en un tiempo no lineal donde los segundos se transforman en eventos de duración anárquica.

Eso es la periferia.
Al menos hoy.
Al menos acá.
Al menos para mí.

viernes, junio 10, 2005

Ironías en La Periferia

Y vaya ironía... hoy La Periferia (blog) me sacó de La Periferia (freakpsicosocial).
El post de anoche se convirtió en foro y las pocas pero valiosas visitas diarias se engrosaron más de lo común.

Tres cosiñas que rescato ante la falta de interés teórico del día de la fecha:

- Machías busca a la Maga. Yo vendría a ser el pobre infeliz que protagoniza Rayuela (porque de hecho es un pobre infeliz) y Machías me quiere hacer cachetear en mi intelectualismo fallido por una terrenal, simple e invalorable Maga, más periférica que cualquier teórico de La Periferia.

- Juli va a venir a ver "Encierro", obra de teatro mexico-argenta recomendada más abajo. Se va a ir más deprimida de lo que llegó, más confundida de lo que cree y más delirante de lo que ya se está poniendo en su blog. Pero la va a pasar bien y va a tocar tierra de amigos luego de su prolongado aislamiento blogger.

- Nati Pijamas nos sigue infartando con su relato moderno y urbano que no puede dejar de conflictuar a cualquier hombre argentino que se precie de tal. Hoy más que nunca, todos somos Joaquín, porque nadie puede decir que por un segundo alguna vez no lo fue. Y lo que fuiste alguna vez por un segundo, lo seguirás siendo de alguna manera, por mínima que sea, allá en el fondo, por siempre.

Y se acaba la semana. Una semana transcurrida, como siempre, en dos mundos, que aunque parezca difícil, y suene irónico, se llevan muy bien, se equilibran y hasta se necesitan.

Está dicho... Todos somos periféricos. Al menos un poquito. Al menos por un segundo. La periferia crea periféria. La periferia atrae periféricos. O mejor dicho, la periferia saca a la luz periféricos (periféricos de closet... quién me habló de eso?).

Queridos periféricos, hoy no es día de teorías ni presunciones. Es viernes y las chelas, tan mencionadas en el miniforo, esperan ansiosas.

Atardece en la blogosfera.

Mientras tanto...
En La Periferia...
Un nuevo finde...
COMIENZA...

jueves, junio 09, 2005

Esquizoferia

Necesito desenchufarme. Al menos un rato. Así que voy a escribir. Sin meditar demasiado. Veremos al final que salió. De este post que les recomiendo no leer. Porque es sólo para bajar un poco los decibeles.

O sea... me estoy escribiendo a mí mismo. O para mí mismo. Cualquier consecuencia o resultado de la lectura de lo que viene abajo (que aun no se qué es), no me hago cargo.

Me desperté 7am. Es la hora que pongo siempre el despertador, aunque suelo levantarme 7.30. Me puse a laburar casi al toque (después de repasar los blogs de rutina, aunque no había nada de nuevo).

No se, fue uno de esos días de mucho hacer, mucho pensar, pero siempre en el centro. Laburo, laburo, laburo, llamadas, llamadas, llamadas. Tuve mis 15 minutos de Periferia caminando un par de cuadras con 3 temas de Kevin a todo volumen en las orejas. Pero no duró. Tuve mi relax almorzando con Guruaguzzi, pero no alcanzó.

Y me encuentro a las 7pm, quemado. De mi cabeza no salen ideas. La lógica anda esquiva. No paro de mover la pierna y de prender cigarrillos.

Y me doy cuenta. De algo que me pasa seguido. Por no decir siempre... soy esquizoférico. Porque de alguna manera me las arreglo para ser periférico hasta de mi mismo... crick... crick...

Y si. Reconstruyo el día y me percato de que a pesar de haber estado todo el día hiperconcentrado, haciendo mil cosas, hablando con mil personas, intentando ser 100% productivo... ahí seguía ese bendito mecanismo reflexivo funcionando. Ese sobrante cerebral que se ejecuta en segundo plano pero se ejecuta al fin. El que no tiene idea de cómo van las cosas del trabajo. El que sin molestar demasiado sigue en la suya, tejiendo, encastrando piezas.

Tejiendo qué? Ni idea. Quizás son cosas que se hacen evidentes recién cuando pongo los dedos en el teclado. Esquizofrenia maldita, otro yo (o un yo residual) anda en la periferia del yo que está trabajando...

Uno habla por teléfono con ese huidizo Gerente de Marketing que se resiste a tomar mis servicios, el otro sobrevuela pensando en... ni idea en qué. Pero ahí está, fácil ignorarlo, imposible erradicarlo.

Y de repente, en plena catarsis de desenchufe, se hace evidente. Y me dice "claro purrete, acá estoy! te habías olvidado de mí?". Y yo (el otro yo) "no amigo, claro que no, menos mal que seguís ahí, me hacés mucha falta".

Y ahí estamos. Los dos, recordando viejas anécdotas, sacando conclusiones de nuestro día, compartiendo novedades.

Y de a poco el que estaba en la periferia, casi borrado, se va abriendo paso. Y el otro, agotado pero contento por lo hecho le va haciendo lugar. Contento de dejar el mando al tocayo, se puede retirar en paz.

Agus, te dejo en buenas manos.
Ya te vas desenchufando.
Se te ve más relajado.
Tomate una chelita...

... y bienvenido a La Periferia.

Me encantaría...

... pero esta noche no tengo nada que decir.
Ya voy 12 (13) palabras y son muchas (18).

Qué sueñen con La Periferia (24).

miércoles, junio 08, 2005

Mi ojo ve...

... aunque no me crean.
Lo uso en msn hace más de dos años y ve.

Me refiero al de la foto (ícono, avatar o como quieran llamarle) (obvvvvio mannnn).

A veces ve cosas buenas, otras veces no tan buenas.
A veces adivina, otras fabula y otras ve cualquier cosa.
A veces ve en colores, otras, cual perro, en blanco y negro.

A veces parece alegre. Otras triste. Cuando no, pensativo.
A veces parece un ojo joven y otras el de un viejo.
A veces luce cansado y otras vivaz.

Hay veces que está ojeroso y otras que parece maquillado.
De vez en cuando tiene una lagaña, y de vez en cuando pestanea (no muy seguido).
Se ha zarpado y le ha guiñado el ojo a alguna chica, aunque se lo tengo prohibido.

A la gente mi ojo siempre le genera algo.
Algunos se sienten a gusto, observados, siendo el centro de la escena.
Otros se sienten incómodos, demasiado estudiados y analizados.

Es que mi ojo ve. Observa, analiza, estudia... penetra...

Todavía (2 años después) no me queda claro si aquellas personas que se sienten incómodas tienen miedo de que vea algo feo. Al fin y al cabo... quién no tiene algo que ocultar.

Muchos ya se cansaron de mi ojo, otros ya se acostumbraron.
La mayoría pide que lo saque. Pero no considero por ahora darles el gusto.

Algunos, cuando por alguna razón mi ojo desaparece, me avisan rápidamente que ya no está ahí. Otros respiran aliviados y se preguntan qué habrá pasado (sin decirme nada, claro).

Es mi ojo.
Ojito que los está ojeando.

martes, junio 07, 2005

Famosos periféricos (2)

Y recomendación de paso...

Para aquellos amantes de las novelas laaaaargas y que tratan de la vida de algún personaje famoso (biografías noveladas que les dicen), este post trata una llamada La Agonía y el Éxtasis. No apto para intelectuales que consideran a una biografía novelada una mancha en su acerbo (a mí me encantan).

Decir que el post se trata de Miguel Angel (si, Miguel Angel, artista renacentista) sería asumir que la novela es una verdadera biografía. Pero bueno, no deja de ser una novela. Especialmente teniendo en cuenta que es una reconstrucción del autor (Irving Stone en este caso) desde la lejana mirada que se puede lograr de una vida unos 500 años después.

Blablabla...

Miguel Angel (o mejor dicho el Miguel Angel recreado por la novela) (blablabla) es un personaje muuuuuy periférico.

Algunas razones:
- Lo único que le importaba era hacer (o mejor dicho crear). Si era para un Papa, para un palacio, para su Florencia natal o para simplemente adornar su taller, era lo de menos.
- Nunca fue conciente de su necesaria y nunca buscada "centralidad". Y hasta le daba mucha fiaca cuando tenía que hacerse cargo de ella.
- Podía pasar horas, días, meses inmerso en una fiebre de trabajo y aislamiento del mundo.
- El paso del tiempo en su interior era demasiado diferente al de su entorno (tema ese del tiempo que no puedo terminar de elaborar para explayarme más, pero resumo: en La Periferia el tiempo corre de una manera extrañamente diferente, vaya uno a saber porqué).

Y muchas razones más, pero ya llegué al punto al que quería llegar.

Ahora... pensaba mientras escribía... Sean Penn y Miguel Angel Buonarotti bajo la misma categoría... esto se está tornando bizarro. Y presumo que se va a poner peor.

Bye.

lunes, junio 06, 2005

Los extremos... siempre tan cerca

Una de las cosas más lindas de la vida (casi una necesidad personal desde siempre y hasta hace algunos meses): irme a la cama con algo para leer. Ideal, un libro. A lo sumo, una revista, pasquín, email impreso o lo que sea (el pasaporte vencido hace 15 años?). Leer 5 minutos, 30 segundos o 2 horas, lo que dicten cuerpo y cerebro. Dormirme marcando el último párrafo que gozó de mi comprensión...

Una de las cosas más feas de la vida: así, medio dormido, casi seguro de que marqué bien la hoja, tener que levantarme! caminar 3 pasos! apagar la luz! volver a meterme en la cama! Y claro, despierto de nuevo, volver a necesitar de libro, la luz, pararme y vuelta a empezar.

Más por vago que por periférico, desde que vivo en México que no leo (al menos que no leo nada impreso y encuadernado a tal fin).

Hombre de extremos, si en el 2004 me morfaba libros y libros uno detrás del otro (y casi sin filtro, desde la basura de Dan Brown hasta las pasiones de Oscar Wilde) en el 2005 no hay caso, están ahí haciendo fila, acumulando polvo.

Es saturación? Es descanso? Es que me acuesto agotado? O es, tan simple, la falta de una pinche lamparita en mi mesa de luz y la decidia total de no salir a comprar una?

Misterios de La Periferia, zona en la que, lamentablemente (o no), se actúa más por impulsos e inspiraciones que por razonamiento y análisis.

Más allá de todo... espero retomar la pasión en breve, aunque ello cueste equilibrar un poco mi vida. Dosto, Chejov, Tolstoi, Henry James y Saint-Exupéry me esperan.

Y lo que ustedes recomienden, claro. Es un pedido formal.

Lo lindo de México...

... es, entre otras cosas, que (casi) siempre es primavera o verano.
... y que está repleto de gente, sea del origen que sea, con muuuuuucha onda.

El viernes, luego de ver "Encierro" por enésima vez, luego de comer unos tacos en el Kaliman por enésima vez y luego de conocer el enésimo antro/boliche que pasará a la historia sin pena ni gloria, nos encontramos con Diego, Santi y Maru preguntándonos qué hacer de nuestra noche que a las 3.30am no se resignaba a terminar.
(esa frase/párrafo fue demasiado larga/o).

Ninguna idea nos satisfacía, hacía calor, los bares habían cerrado, las fiestas, si existían, no se evidenciaban. Hasta que Diego sugirió arrancar para Pie de la Cuesta (playita divina y solitaria a escasos kilómetros al norte de Acapulco).

Estamos lo suficientemente descansados? SI
Alguno mínimamente borracho? NO
Quiénes están para manejar? YO, Y YO, Y YO TAMBIEN
Pasamos por las casas, buscamos lo mínimo y vamos? DALE

Inicio de ruta nocturno, mitad del camino por esa increible ruta entre montañas, valles, zonas peladas y otras increiblemente vegetadas. Amanecer despejado...

9am, instalados y en el mar, haciendo frente a esas olas descomunales. Sol pleno y muuuuchas ganas de descansar y olvidarse de todo. (Si, olvidarse de todo, debo unas disculpas...).

Y bueno, eso. Finde de gloria con amigos de los recientes y de los nuevecitos, descanso (más mental que físico), charlas interesantes y desafíos intelectuales de la mano del Trivial. Comida marina y de la otra, chelas y licuados.

Mucho hacerse el tarzán pero también mucho dormir. No mucha periferia, pero nunca deja de estar ahí, latente, tironeando.

Va que va. Empieza otra semana. A encender los motores.

viernes, junio 03, 2005

Buen día

Todavía despeinado y con la cara semidura, se sintió acosado en el momento mismo de poner la llave en la cerradura de la puerta de la calle.

En el buzón no había nada interesante (o mejor dicho, no había nada de nada), el sol brillaba fuerte como todas las mañanas mexicanas y en los oidos sonaba, fuerte también, "Cable a tierra", de Fito Paez.

El Renault 5 verde cotorra estaba ahí como siempre. La gente de la compañía de mudanzas ya poblaba la vereda y la señora de la esquina preparaba para variar, el desayuno para los tempraneros.

Nada fuera de lo normal. El kiosko, cerrado como siempre antes de las 11. El de los botellones de agua pegando sus gritos, todavía no llegaba el de la fruta barata y aun corría el agua por las veredas recién baldeadas.

Caminó hacia la derecha, volvió a doblar a la derecha y sin interrupciones llegó al Circuito Interior. Tráfico denso, como siempre. Recién ahí notó el smog, esa jaula acostumbrada a privarnos del sol. Volvió a sentir el acoso.

Cruzó como pudo. Primero Patriotismo, después una mano del Circuito, después pasó por el agujero del alambre del medio, otra mano del Circuito, la calle lateral y por fin Juanacatlán... a hundirse en el metro.

Todo normal. Lo único inusual era salir tan temprano.

Y de todos modos sentía el acoso.

Empezó a sonar Soda, "Trátame suavemente". Menos mal que era el iPod. La radio se hubiera desvanecido junto con el celular al cuarto escalón descendente.

Hizo una parada y cambió de línea en Tacubaya. Reconoció los primeros acordes de "Another brick in the wall". De ahí 4 paradas más hasta Barranca del Muerto. "Ciudad de pobres corazones" seguida de "Ciudad de la furia". Vaya shuffle que ha tocado.

Acoso, "Taxi!", acoso, "Buen día. Derecho por Las Flores, por favor", acoso.

Hasta que lo vio.

Periférico, carril inferior, hacia el sur, directo a Pedregal. Tránsito despejado, rumbo a la primera reunión de la mañana. Puntual, como casi siempre. Ya Cerati cantaba "Vivo".

Adiós acoso... bienvenido a La Periferia.

jueves, junio 02, 2005

Vuelta a La Periferia

Bueno, me quedé varios días colgado con lo contado abajo, pero La Periferia siempre está presente así que a delirar again...

Ayer una vez más me sentí periférico. Se que vos Julieta también, a pesar de que digas que no te sentís periférica.

Rodeados de tanta gente "centro", farándula (bien chafa/trucha), a nadie le costaría sentarse y simplemente mirar de afuera cómo se desenvuelve todo. Es bastante simple. Los espacios son limitados y cada uno se acomoda donde puede. Y bueno, como ya dije por allá abajo, la periferia es super cómoda, no hay que andar peinándose para la foto o pensar si fue buena elección de camisa.

Igual suena a incomodidad o desagrado... y no. La pasé deluxe con Diego, Cocó y etcéteras. Basta con olvidarse un poco del contexto y disfrutar (cosa no muy difícil para el periférico, tema pendiente).

Y bueno, eso. Eso y otra cosa más. Me gusta saber que hay gente que se identifica con este concepto inventado un poco al azar. Cae gente por casualidad en el blog y disfruta de algunas de las locuras que se me ocurren. Tendríamos que armar un registro de periféricos:

- Nombre:
- Apellido:
- Email:
- Soy periférico porque:

Podríamos ser millones. La periferia no es para pocos. De hecho hay mucho más lugar acá que en el centro maldito y traficoso, además de que es más cómoda y mucho más divertida.

Ya está dicho. Todos, o al menos casi todos, somos periféricos en ciertos momentos. Basta con darse cuenta, tomarle el gustito y volver de visita cada tanto.

Y ya. Suficiente por el momento. Me siento como el culo. Si no se estarían comiendo un post mucho más críptico y pseudofilosófico.

Besos!


¿Hay otras Periferias?